Otoño. Tiempo de rutas

Llega el otoño a Granada, una época que, junto a la primavera, se presenta como la mejor para comenzar a estirar las piernas y ponernos en marcha para comenzar a explorar rutas y buscar nuevos retos para el año que se acerca.

Este último fin de semana decidimos retomar la sana costumbre de salir al campo y disfrutar de las hojas que van cayendo de los árboles. Estamos empezando, así que nuestras rutas aún son cortas, tranquilas y sobre todo, como siempre, un placer para los sentidos.

Después de visitar Pinos Genil y de adentrarnos un poco en los pinares que se extienden junto a la carretera de Sierra Nevada, volvemos a estar listos para comenzar de nuevo a caminar sin prisas, pero sin pausa. Así que puede que en próximas semanas comencemos a compartir algunas de esas rutas que vayamos haciendo o que ya hicimos en el pasado y quedaron guardadas en algún cajón.

Mientras preparamos nuestras próximas entradas para poder enseñar algunas de nuestras rutas, os dejamos este pequeño vídeo resumen de algunas de las salidas que hicimos durante 2016.

 

Subida al Veleta. Ruta desde la Hoya de la Mora hacia el Veleta (temporada estival)

Distancia total: 13.94 km. (la distancia varía en función del recorrido que sigamos desde la Hoya de la Mora. En una nueva subida este mismo año 2016 recorrimos 11.66 km, al final del post os dejamos los tracks de ambas rutas).

Tiempo de recorrido: 5 horas 48 minutos (en la subida de 2016, 3 horas 49 minutos).

Fecha de subida: 19 de julio de 2015 y 12 de septiembre de 2016 respectivamente.

Material: En función de la temperatura y sobre todo del viento que pueda hacer en la cima es conveniente llevar algo de abrigo, cortavientos, sudadera, pantalón corto y también largo (a ser posible algún desmontable). El cambio de temperatura se nota conforme vamos subiendo a pesar de que luzca el sol y estemos en pleno verano. Mucha agua para hidratarnos bien durante la subida, fundamental cuando se superan los 2.000 metros de altura. En cuanto al calzado, nosostros lo hicimos con zapatillas de trekking y zapatillas de deportes normales, unas botas de montaña también son muy adecuadas, elección personal en este caso. Batones para apoyarnos en algunos desniveles, aunque nosostros por olvido no los usamos.

Hacía tiempo que hablábamos de hacer esta ruta de subir al pico del Veleta. Sin duda, subir a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar ya es un bonito reto para dos principiantes en esto del senderismo y las rutas de montaña como nosotros. Así que, sin pensarlo mucho, pero tomando las precauciones necesarias para ascender a una altura como esta, nos decidimos por aprovechar la temporada de verano para subir al segundo pico más alto de la península ibérica (La ruta la repetimos Jumi y David en 2016).

La noche anterior aún dudábamos de subir o no. Cada vez que nos planteamos una ruta larga o de una dificultad más alta de lo normal intentamos plantearla sin llevarnos a presiones innecesarias, al fin y al cabo caminamos para aprender, para disfrutar del paisaje que nos rodea, para conocer los bosques, montañas y caminos que otras personas ya recorrieron. No hay mayor reto para estas dos personas que se encargan de contar sus senderos en este blog que el de disfrutar de cada paso y de las conversaciones que acompañan al placer de los que escuchamos, vemos y sentimos en contacto con la naturaleza. Con esa idea pensamos en salir el 19 de julio hacia la Hoya de la Mora, con la convicción de que lo más importante no era llegar a la cima y terminar la ruta completa, sino el placer de disfrutar de cada kilómetro recorrido en compañía.

6 de la mañana del 19 de julio. Nos levantamos medio dormidos, directos a desayunar y terminar de preparar las mochilas para pasar un día en el fresco y agradable clima de las montañas de Sierra Nevada (En la ciudad de Granada la temperatura está alcanzando más de 35 grados durante el día). El autobús sale a las 8, hemos decidido coger el primer autobús hacia Sierra Nevada con la intención de ir con tiempo suficiente para no tener que meternos excesiva presión en el transcurso de la ruta (el último autobús hacia Granada sale a las 18:30 horas). Llegamos con tiempo a la estación de autobuses, así que un último café nos ayuda a despertarnos antes de subir al bus que durante 45 minutos nos llevará por la autovía 395 hacia Pradollano, desde donde subiremos a pie hasta la Hoya de la Mora.

El trayecto en bús da pie a echar un pequeño sueño y guardar fuerzas para lo que nos espera, o para leer y disfrutar del paisaje de la mañana que rodea todo el camino que atravesamos. Llegamos a Pradollano, estación de esquí de Sierra Nevada, a partir de aquí por diversas calles de la estación de esquí y subiendo varias escaleras, nos encaminamos hacia la Hoya de la Mora, donde comenzará el recorrido que nos lleve hasta el pico del Veleta.

En la Hoya de la Mora podemos aprovechar para tomar una última bebida caliente o fría en el albergue universitario, antes de salir hacia la cima. Desde la salida, la ruta discurre por una pendiene ascendiente con dos caminos a seguir desde el principio, uno nos llevará bordeando la carretera, el otro, camino elegido por nosotros para seguir la ruta, comenzará subiendo hacia la imagen de la virgen de las nieves, una pequeña figura de una virgen que corona un arco hecho en piedra y situado a 2.647 metros sobre el nivel del mar. Se trata de un monumento construido por sufragio popular en 1968, elaborado con piedras de la propia cumbre y coronado por una estatua de 3 metros de altura del escultor Francisco López Burgos, conocido por sus obras de apología franquista durante la dictadura.

Virgen de las Nieves

Virgen de las Nieves

Justo antes de pasar bajo el arco de la virgen de las Nieves dejaremos a nuestra derecha el observatorio mojón del trigo, una instalación que, a pesar de haber sido uno de los más importantes enclaves astrónomicos de la zona durante mucho tiempo, actualmente se encuentra abandonado e inservible para la practica de la astronomía. La construcción del actual observatorio de Sierra Nevada y el radio telescopio milimétrico del IRAM fueron relegando la utilidad de este importante e histórico observatorio.

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Nuestra ruta continúa ascendiendo, dejando a nuestro lado las inmensas vistas de la carretera que anima a muchos ciclistas a intentar alcanzar la cima del Veleta. A nuestra derecha las vistas de la estación de esquí de Sierra Nevada, privadas por el sol del color blanco al que os tiene acostumbrado durante gran parte del año, nos dejan ver un paisaje lunar, lleno de piedras y laderas libres de cualquier tipo de vegetación. A penas algunas especiés se atreven a sobrevivir a estas alturas.

Plántago Nivalis y otras especies que encontramos en nuestra subida

Plántago Nivalis (a la izquierda de las flores) y otras especies que encontramos en nuestra subida.

Nuestro camino continúa pasando por debajo de una valla de madera que nos acercará a una bifurcación en la que tomaremos el sendero de la derecha para continuar subiendo y disfrutando de las maravillosas vistas que quedan a nuestra espalda y de la imponente cima que se vislumbra frente a nosotros.

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Después de salir durante unos metros a la carretera, volvemos a retomar el sendero que nos va acercando de forma más directa a la cima. A 3.200 metros de altura, justo en el kilómetro 5 de nuestra subida, dejamos la ruta para afrontar una dura subida en línea recta hacia la cima. Una subida con un desnivel bastante elevado y que nos hace exprimir aún más nuestras fuerzas antes de alcanzar la cima del Veleta. Siguiendo este mismo sendero cruzamos la carretera, llegando por fin a nuestro objetivo. La cima del Veleta, el lugar perfecto para recuperar fuerzas, comer algo tranquilamente, abrigarnos y disfrutar de las maravillosas vistas que ofrece una cima situada a más de 3.000 metros de altura. A esta altura, si tenéis la oportunidad de encontraros a solas durante unos minutos entre estas montañas, podréis disfrutar del placer del silencio, de la oportunidad de pensar en cuan pequeños somos comparados con la inmensidad de la naturaleza que nos rodea. Alejados de las grandes urbes de la civilización, observando desde lejos el caos de la ciudad, llegamos a comprender el enorme valor de conservar y proteger estos espacios de salud, naturaleza y libertad.

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Os compartimos el track de las dos subidas (2015 y 2016):

Subida al Veleta 2015: http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10243127

Subida al Veleta 2016: http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=14724647

Las Alpujarra granadina: Caminando por Lanjarón, la acequia Mezquerina y el Tello

Distancia total: 16, 81 Km (la ruta de wikiloc solo marca 14,06 Km ya que se terminó la batería antes de terminar)

Tiempo de recorrido: 7 horas aproximadamente incluyendo paradas.

Fecha: 10 de octubre de 2015.

Material: Os recomendamos botas de montañas por si el terreno está mojado, ropa abrigada si vais en otoño-invierno aunque si hace calor terminaréis en manga corta y pantalones cortos y bastones para ayudaros en los desniveles.

PERFIL DE LA RUTA

PERFIL DE LA RUTA

Esta vez hemos ido hasta la Alpujarra granadina para conocer alguno de los parajes más impresionantes de esta provincia de la Andalucía oriental.

Nuestra ruta comienza en el pueblo de Lanjarón conocido en época musulmana como Al-lancharon (campo de las fuentes saludables), puerta de entrada a la alpujarra granadina. Desde la plaza del ayuntamiento nos dirigiremos a través de la plaza de la Constitución hacia la calle del Hondillo que da nombre al barrio que la rodea y en la que podremos disfrutar de la decoración floral de sus portales.

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Desde la calle del Hondillo tomaremos la segunda calle hacia la izquierda (calle Piedra del Castaño) hasta llegar a un polideportivo que nos dejará prácticamente al lado de la entrada a nuestra ruta.

El comienzo de nuestra ruta transcurre por dos senderos que tienen el mismo recorrido, el sendero de Huerta de las monjas, más corto y señalizado por la franja verde de sendero local (menos de 10 Km); y el sendero Cerecillo-Mezquerina, que será el que seguiremos a través de las balizas de señalización. Se trata de un sendero de pequeño recorrido (entre 10 y 50 km), señalizado por la franja inferior amarilla.

Desde el comienzo de nuestra ruta podremos disfrutar de una gran cantidad de castaños (Castaneda Sativa) que llenarán nuestro camino de los llamados erizos (zurrón) que envuelven el preciado fruto de este árbol. Eso sí, siempre que nuestra ruta la hagamos en la estación otoñal.

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Los dos primeros kilómetros transcurren por un agradable paseo entre castaños con las vistas de Sierra Nevada al fondo y un barranco que nos transmite el sonido de las aguas del río Lanjarón al fluir por estos parajes.

Tras estos primeros dos kilómetros, llegaremos a la Alberca del aceituno, una de las más antiguas que se conocen y procedente de la acequia del mismo nombre. En este punto del recorrido dejamos el sendero de Huerta de las monjas para continuar por el sendero Cerecillo-Mezquerina camino del área recreativa de Hoya de las Monjas. Será en este punto donde encontremos un cartel de señalización del los distintos senderos a seguir desde este punto del camino.

Después de caminar un kilómetro más llegaremos a un merendero, donde podremos refrescarnos y recargar agua si fuese necesario o hacer una pequeña parada para disfrutar de las vistas y picar algo de comida. Nuestra ruta continúa subiendo por el lateral izquierdo de la fuente del merendero y accediendo a una pista de tierra bastante ancha que llega hasta una granja de cabras. 600 metros después de comenzar a andar por esta pista de tierra tomaremos un pequeño sendero que sale a nuestra izquierda junto a unos depósitos  de agua. Justo en este punto la ruta comienza a inclinarse cada vez más ascendiendo por la ladera de la montaña. Nuestro camino busca siempre encontrarse con la Acequia Nueva que transcurre unos metros por encima de donde nos encontramos.

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A lo largo de nuestro sendero podremos disfrutar del nacimiento de algunos riachuelos que vuelcan su caudal en el río Lanjarón; de multitud de flores y plantas características de la zona de las Alpujarras, como por ejemplo el Aliso de mar o Lobularia marítima a la que también suelen llamar «pan de miel» por su característico olor que se asemeja al de la miel; Nogales, que aún nos dejan recoger alguna que otra nuez; o Almendros, que llenan el camino con sus frutos.

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Desde el kilómetro 6 seguiremos nuestro camino por la Acequia Nueva, siendo el encuentro con esta el punto más alto de nuestro recorrido, 1500 metros aproximadamente y descendiendo suavemente hacia una de las cascadas que surgen del río Lanzaron y donde cruzaremos un puente desde el que comenzaremos nuestro camino de vuelta hacia Lanjarón. Justo antes de descender hacia este puente de madera que cruza el río, encontraremos otro de los paneles informativos con las diversas rutas y senderos a seguir desde este punto.

Tras cruzar el puente y disfrutar unos minutos de las maravillosas vistas de la cascada, continuamos nuestro camino, esta vez con el río a nuestra derecha y al encuentro de la pista de tierra que lleva en sentido contrario al que nosotros recorremos hasta el paraje de las casas de Tello, un antiguo centro de investigación forestal que después del incendio que arrasó toda esta zona del castañar de Lanjarón fue rehabilitado como refugio. Un enorme paraje de secuoyas y castaños que quedó totalmente arrasado por la imprudencia del ser humano.

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Nuestro camino transcurre en continuo descenso en busca de la Acequia Mezquina y pasando por diversos cortijos que aún siguen habitados, restos de casas construidas con las típicas piedras de pizarra. Después de cruzar la acequia mezquerina encontraremos un nuevo panel informativo que nos indicará nuestro camino hacia el Castañar de Patatún, pasando por alguna que otra curiosa fuente escondida entre la maleza. Desde aquí nuestro camino continúa por todo aquel paraje que destruyó el incendio de 2005 y que nos ha dejado curiosas formas y colores de la destrucción de la naturaleza.

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Aproximadamente a 1 Km de terminar nuestro camino nos encontraremos con una bifurcación en la que deberemos seguir por el camino de nuestra derecha, siempre descendiendo, para unos 500 metros después volver a tomar una bajada empedrada que sale por nuestra derecha y que nos conducirá rodeados de chumberas hasta el final de nuestra ruta junto al río Lanjarón.

Os dejamos el enlace al track de la ruta por si queréis ver más detalles:

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=11050512

De Plaza Nueva al Llano de la Perdiz (Granada)

Esta vez no nos hizo falta salir la ciudad donde vivimos para disfrutar de un tranquilo y gratificante paseo, mezclando monte y ciudad, naturaleza, cultura e historia.

Plaza Nueva-Llano de la Perdiz-Paseo de los tristes

Plano de la ruta

Nuestra ruta comienza en una de las plazas más conocidas de la ciudad de Granada, Plaza Nueva, desde esta plaza se puede acceder a una gran cantidad de enclaves turísticos de la ciudad como el Albaicín, calle Calderería, calle Elvira, Reyes Católicos, etc. Pero esta vez nuestro objetivo comienza por la cuesta Gomérez, que se extiende en la unión del barranco de la Sabika (Handac Assabica), sobre cuya colina se construyó la Alhambra, y el barranco de la colina del Mauror en cuya parte más alta se sitúa el pequeño castillo del Mauror o Torres Bermejas. El nombre de dicha cuesta procede de una deformación de Gumara o tribu de los gomaríes procedente de Africa.

Durante nuestra subida por la cuesta Gomérez podemos seguir viendo una gran cantidad de comercios, algunos de ellos ya cerrados, que dan una idea de la importancia comercial que tuvo esta calle en años y siglos anteriores, sobre todo para los artesanos de Granada. Entre ellas destaca la Casa Ferrer de artesanos constructores de guitarras que data de 1875 (la más antigua de Andalucía) o los talleres de taracea, una técnica que se remonta a la época sumaria en Mesopotamia y que fue introducida por los musulmanes en España. Siguiendo hacia arriba, en esta misma cuesta, en el número 45 del margen izquierdo se sitúa un bloque de edificios que albergó el primer hospital de San Juan de Dios; para terminar la cuesta y justo antes de cruzar la puerta de las granadas, destaca entre los edificios el Palacio de los marqueses de Cartagena, que data del siglo XVI y nos invita a no olvidar el origen noble de la zona.

La entrada al recinto de la Alhambra nos la marca la conocida como puerta de las granadas, mandada construir por Carlos V. Aunque fue conocida como puerta de los Gomérez hasta el siglo XVIII, las tres granadas que coronan su frontón hicieron que variara su nombre hacia el actual.

El desnivel de la pendiente continúa haciéndonos sufrir, llevamos a penas 500 metros de subida. El bosque en el que nos adentramos, conocido como «Bosque de la Alhambra«, está formado por una frondosa alameda que nos llevará hasta los accesos de la Alhambra y hará que este principio de recorrido sea algo más fresco. Este bosque tiene su origen en la repoblación llevada a cabo entre los años 1625 y 1645 por el Marqués de Mondejar, anteriormente a dicha repoblación toda la zona estaba baldía para garantizar una mejor defensa de la ciudad nazarí.

La subida por el bosque de la Alhambra está dividida en tres carriles o paseos, que fueron reformados durante 1729 con motivo de la visita de Felipe V, el derecho comunica la puerta de las granadas con la fortaleza de Torres Bermejas, continuando hacia el Carmen de los Mártires y el auditorio Manuel de Falla. Justo al principio del paseo podemos ver una placa en homenaje al fundador de la Alhambra, Al-Ahmar. El carril de la izquierda nos conducirá hasta el pilar de Carlos V y la puerta de la Justicia. Pero nuestra ruta continúa, en esta ocasión, por el carril central.

A través de nuestro paseo disfrutamos de la sombra de los álamos negros, chopos, castaños de indias, plátanos de sombra que forman la frondosidad que nos rodea, y de la tranquilidad que nos transmite el agua que recorre las pequeñas acequias de los laterales. Durante la subida hacia las taquillas de entrada a la Alhambra nos encontraremos, casi escondida entre los matorrales y árboles, con la puerta Bib-Rambla (Puerta del Arenal), también conocida como puerta de las orejas, dicen que porque en sus arcos se exponían las orejas y otras partes del cuerpo amputados a delincuentes, ladrones, etc. Los restos de este arco que ahora podemos contemplar en nuestro paseo por las caminos de la Alhambra fue en realidad la única puerta que daba acceso a la actual plaza Bib-Rambla, de ahí su nombre. Pero, esta puerta es mucho más que todo lo que podamos ver en su arquitectura, es testigo de las atrocidades que en nuestro país se han realizado en nombre del progreso, y representa la importancia de las luchas populares contra los abusos institucionales ya que la puerta Bib-Rambla estuvo a punto de desaparecer bajo el yugo del progreso que nada quería saber del pasado y sus monumentos, fueron las luchas populares quienes consiguieron que finalmente acabara desmontada en el museo arqueológico hasta que Leopoldo López Balbás la rescatara para situarla en el lugar en el que actualmente podemos verla.

Nuestro camino continúa subiendo y antes de llegar a las taquillas de la Alhambra tendremos que encontramos con una estatua que recuerda al escritor y diplomático granadino Angel Ganivet y que fue inaugurada en 1921 entre polémicas por el lugar elegido, el autor, etc.

Monumento a Ángel Ganivet

Monumento a Ángel Ganivet

Seguimos nuestro paseo por el bosque de la Alhambra pasando junto a las taquillas que dan acceso al complejo monumental y continuando nuestro ascenso hacia el cementerio granadino. Justo al culminar toda esta subida nos encontramos con una primera rotonda que tomaremos a la izquierda, para posteriormente en una segunda rotonda seguir de frente afentrándonos en la subida al Llano de la Perdiz. Por lo general se suele subir al Llano de la perdiz por un camino mitad tierra, mitad asfaltado que continúa a la derecha de la rotonda, sin embargo nosotros nos adentramos a la subida por un pequeño sendero  con mayor pendiente, pero también más inmerso en la colina.

Comienzo del sendero

Comienzo del sendero

El primer tramo de subida se hace un poco pesado, sobre todo si no hemos salido muy temprano a caminar y el sol nos aprieta. Después de unos 600 metros caminando llegaremos a una trifurcación en la que cruzaremos la subida natural hacia el Llano (camino por el que suben los coches) para continuar adentrándonos por los cortafuegos por el sendero que sigue a la derecha después de cruzar la pista de tierra.

De nuevo tras 400 metros nos encontramos con una nueva bifurcación en la que tomaremos el camino de la izquierda, ya que el otro sendero nos llevaría hacia Lancha del Genil por el Barranco Bermejo.

Desde aquí nos quedará apenas 1.5 Km para llegar a la cima del Llano de la Perdiz mientras disfrutamos de las maravillosas vistas de todo el valle del Genil y Sierra Nevada que se nos presentan a nuestra derecha.

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Una vez en el Llano de la Perdiz podemos disfrutar de una pequeña parada para reponer fuerzas y disfrutar de las instalaciones y las vistas privilegiadas que nos regala esta colina. Nosotros seguimos directamente bajando hacia Granada por la pista de tierra que da acceso al Llano para los coches. La bajada por esta pista nos llevará a conocer el área recreativa del aljibe de la Lluvia. El aljibe que da nombre a dicha área es y fue el centro neurálgico de toda la dehesa del Generalife. Hablamos de un aljibe que tiene más de 1.000 años y que regaba el palacio de Dar al-Arusa recogiendo las aguas de lluvia y de escorrentía superficial en una cisterna, que hoy  se puede contemplar prácticamente enterrada. Su importancia en la época radica de la altura a la que está situado (998m aprox.), que le permitía llevar las aguas recogidas a otras muchas partes de la dehesa del Generalife. La historia e importancia del aljibe de la Lluvia no termina aquí, ya que con la llegada de compañías francesas e hispano-francesas para explotar las arenas auríferas del cerro del Sol a finales del siglo XIX, se construyó una alberca que serviría para dar servicio a dichas compañías en su búsqueda de «El Dorado» granadino.

Continuamos nuestro camino tomando el sendero que seguimos anteriormente en nuestra subida para llegar de nuevo a las rotondas que nos llevarán hacia las taquillas de la Alhambra. Una vez aquí y tras pasar por el lateral izquierdo de las taquillas tomaremos un pequeño camino que sale a nuestra derecha, justo pasando por el bar la mimbre. Este camino no es otro que la conocida como «Cuesta de los chinos» por las piedras que forman todo el recorrido. A través de esta bajada llegaremos directamente al final del paseo de los tristes, donde finalizamos nuestro paseo de hoy.

Os dejamos el enlace al track de Wikiloc de la ruta:

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=7374195

¿Accidente o asesinato?

Nuestro último día en Asturias decidimos recorrer los alrededores de Cangas de Onís, donde estuvimos hospedándonos durante toda la semana.

Nuestra ruta comienza junto al punto de información turística de Cangas de Onís, tomando el camino de la derecha del edificio nos adentraremos en el margen derecho del río Sella, por un sendero que también es conocido por los habitantes del lugar como «la ruta del colesterol». Típica ruta que se puso de moda hace ya algunos años en muchos municipios del país.

Perfil de la ruta Cangas de Onís-Llueves-Cangas de Onís

Perfil de la ruta Cangas de Onís-Llueves-Cangas de Onís

El pricipio del camino es muy llano, con edificios y colegios de Cangas de Onís a nuestra derecha y con el Sella acompañándonos por el margen izquierdo. Este camino nos llevará hasta el Parador Nacional de Cangas de Onís, que encontraremos aproximadamente a 2.5 Km  de haber comenzado nuestro camino. Os recomendamos parar y tomar un café en la cafetería del parador, o simplemente visitarlo sin más. Si vuestra economía os lo permite podéis pensar en algo más jejeje.

Patio interior Parador de Cangas

Patio interior Parador de Cangas

Desde el parador seguiremos el sendero (¡que no carretera!) que nos lleva al pueblo de Llueves. El sendero sale junto a un horreo (nosotros tuvimos que preguntar a gente del pueblo porque nos costó encontrarlo) que dejaremos a nuestra derecha. Los hórreos representan parte de la arquitectura y el patrimonio local. Una estructura que a mí especialmente me llamó la atención. En estos hórreos se almacenaban y se almacenan los alimentos, ya que al estar en altura se cuidan de la humedad y de los animales que pudiesen sentirse atraídos a alimentarse de ellos (ratas, ratones…). En Asturias los hórreos fueron exclusivos de las clases acomodadas hasta el renacimiento cuando por el crecimiento de la producción su uso fue extendiéndose en la región. Si miramos atentamente los hórreos que nos encontremos podremos ver que hay dos tipos, uno de base cuadrada y otro que ha evolucionado, siendo más grande y teniendo una base casi rectangular, es la denominada «panera». 

Nuestro camino continúa en ligero ascenso hasta llegar a una trifurcación en la que continuaremos por la pista superior de la izquierda. Continuamos para adentrarnos en el bosque. Cuando hicimos el sendero llovía un poco, os aconsejamos que si os ocurre igual (no probable en Asturias) vayáis equipadas/os con unas buenas botas, de los contrario tendréis barro hasta el cuello jejeje.

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Unos 500 metros después de pasar la trifurcación nos encontraremos con el cauce de un arroyo, el arroyo de Mables. Tendremos que cruzar el arroyo para continuar nuestro camino por un barrizal que nos llevará hasta el pueblo de Llueves. Es importante tener cuidado por este tramos del camino, ya que es una ruta habitual de ciclistas y empresas de ocio que la realizar con quads.

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El pueblo de Llueves es conocido por la cruz que marca el lugar donde el rey Fávila, segundo rey astur y sucesor de Don Pelayo, murió a manos de un oso. Hasta aquí la leyenda de Favila y el oso, pero claro como en todas las intrigas de palacio esta historia tiene su contradictoria y después de los interesantes capítulos de Juego de Tronos que están por venir y de la ambición que se mueve en política no podemos quedarnos sin preguntarnos si el segundo rey astur murió a manos de un despiadado oso o si por el contrario su cuñado y a la postre coronado nuevo rey pudo mandarle algún recado escondido por el bosque. Las teorías y confabulaciones políticas existen y han existido a lo largo de la historia, así que aquí os dejamos un enlace por si queréis conocer un poco más al joven Fávila.

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Una vez que entremos en Llueves atravesaremos todo el pueblo, cuidado con los perros que nosotros tuvimos un par de «encuentros muy simpáticos», para dirigirnos en ligero descenso hacia Cangas de Onís. La bajada es casi integra por la carretera que lleva de Llueves a Cangas (unos 2.5 Km). Existe la opción de adentrarse y hacer la bajad por unos senderos metidos entre bosque, pero nosotros al no conocer bien el camino decidimos continuar por la carretera.

A Cangas entraremos por los barrios nuevos del pueblo, llegando hasta la capilla y el dolmen. La capilla actual es una reconstrucción, ya que la original fue destruida durante la guerra civil. Esta capilla construida por el rey Fávila está considerada la primera capilla cristiana construida en España. El nombre de la capilla, «capilla de la santa cruz«, hace referencia a la cruz que Don Pelayo portó durante la batalla de Covadonga, la que posteriormente sería llamada «cruz de la victoria». Dentro de la capilla se encuentra un Dolmen que data aproximadamente del año 3.000 a.c. En la capilla encontraron sepultura el rey Fávila y su esposa, según cuenta la leyenda.

Nuestro recorrido termina aquí, en la entrada de Cangas. Os dejamos el track de wikiloc para que tengáis una ayuda más si decidís recorrer este sendero:

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6492196

Lentitud… lentitud para no olvidar. Los lagos de Covadonga

Ha pasado mucho tiempo desde la última entrada. Lo sé. Habrá quien piense que dejamos de caminar o, peor aún, que dejamos de escribir. Nada de eso, simplemente no tenemos prisa, vamos despacio, disfrutando del lento pasar de los kilómetros para no perder nuestros pasos en la memoria y para no caer en algunas de las desmemorias  que tanto ejercitamos en las sociedades occidentales.

«Hay un vínculo secreto entre la lentitud y la memoria, entre la velocidad y el olvido… En la matemática existencial, esta experiencia adquiere la forma de  dos ecuaciones elementales: el grado de lentitud es directamente proporcional a la intensidad de la memoria; el grado de velocidad es directamente proporcional a la velocidad del olvido» (La lentitud paga 22 y23, Milán Kundera)

Así, despacio, nos hemos ido acercando poco a poco al final de cada camino. Y así, con la lentitud de quien no quiere olvidar cada ruta recorrida nos acercamos al placer de descubrir el maravilloso paisaje de los Lagos de Covadonga.

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En realidad poco nos queda por decir de este entorno que no hayan dicho ya los millones de visitantes que pasan por estas montañas. Quizás nuestra ventaja ha sido visitar este paisaje con la tranquilidad propia de los meses de primavera. Según nos comentan en Cangas de Onís y en la empresa de taxis que traslada a los visitantes hasta lo más alto de las montañas de Covadonga, tanto el verano como en la época de semana santa los alrededores y la visita a los lagos se convierten en un constante ir y venir de gente.

Para llegar a Los Lagos de Covadonga nos pusimos en contacto con la empresa de taxis de los lagos (ida y vuelta 60 euros), puedes llamar a la hora que quieras tanto para ir como para volver, eso sí cuidado con la cobertura móvil en los lagos. En verano hay una empresa de autobuses que te lleva arriba a los lagos en servicio regular, pero solo funciona en temporada alta, así que nos tocó subir en taxi. Existe también la opción de realizar toda la subida andando, desde Cangas de Onís, siguiendo la ruta que nosotros mismo hicimos para llegar a Covadonga y a partir de la ermita siguiendo un sendero que nos llevará hasta la espalda de los Lagos, superando un gran desnivel de pendiente.

Aunque el taxi puede resultar algo caro, si se coge entre varios compensa bastante económicamente y, por otro lado, la amabilidad y las sugerencias del taxista nos sirvieron para conocer mucho mejor todo el lugar y para comprender la dureza de los inviernos en los Picos de Europa.

Ruta alrededor de los lagos

Ruta alrededor de los lagos

Nuestra ruta comienza en el aparcamiento del Lago de la Ercina, el más pequeño de los dos lagos, tanto en dimensiones como en profundidad, y por lo tanto, en capacidad cúbica. He de decir que el Ercina fue el lago que más me gustó, no solo por su entorno rodeado de montañas y con la nieve al fondo, sino por como se disponían las aves en las cercanías de la orilla y el verdor que lo rodeaba. Sin duda un lugar incomparable para una buena foto panorámica.

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Desde el Lago Ercina comenzamos a adentrarnos en la ruta circular que nos conducirá de nuevo al punto desde el que partimos. Sorteamos el Lago Ercina por la derecha, atravesando alguna que otra zona de pequeños barrizales, desde aquí rodearemos la montaña situada a nuestra derecha, pasando por una pequeña cabaña de pastores y siguiendo nuestra ruta hasta encontrarnos con… ¡El tercer Lago! Sí, el conjunto de Los Lagos de Covadonga esconde un tercer lago, el Lago Bricial, que antaño fue un gran lago que ha ido disminuyendo hasta formar una pequeña laguna que aparece sobre todo en invierno y durante la primavera, pero que debido a las filtraciones naturales de la tierra disminuye considerablemente hasta desaparecer el resto del año. En la actualidad, desde que volvió a  aparecer en 2008 se alimenta, sobre todo, del agua que cae de la hermosa cascada de «Meana». Desde el Lago continuaremos nuestra senda hasta atravesar el bosque Palumberu al pie del pico Palumberu, un Hayedo que recuerda a esas películas de fantasmas, asesinatos y misterio parecidas al proyecto de la bruja de Blair.

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Saliendo del bosque Palumberu nuestro camino sigue por los llanos del lago Enol, hasta llegar a bordear el propio lago, de donde cada 8 de septiembre se saca una imagen de la santina que durante todo el año permanece sumergida en sus aguas, para sacarla en procesión y cumplir con las leyendas propias de esta tierras.

Alrededores lago Enol

Alrededores lago Enol

El lago Enol desde el camino

El lago Enol desde el camino

Dejando el lago Enol a nuestra derecha seguiremos cruzando la carretera hacia el parking de coches de la Buferrera. En este punto existe la opción de seguir la ruta corta del sendero, continuando por el borde del lago y llegando al mirador de entrelagos, desde donde bajaríamos hacia el parking del lago Ercina. Nosotros en esta ocasión continuamos por la ruta del sendero largo, atravesando por el parking de la Buferrera y dirigiéndonos hacia el mirador del príncipe. Sí, en estas montañas de Covadonga podréis encontrar un mirador del rey, uno del príncipe y otro de la reina. Parece que la belleza natural también ha sido bautizada para la sangre azul…

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En el mirador del principe podremos disfrutar de unas vistas maravillosas de la Vega de Comeya, una depresión cerrada entre montañas y laderas abruptas. Formada por tierras muy permeables y que forman grandes barrizales y con pasto que sirve de alimento para el ganado. Continuamos nuestro camino ascendiendo hacia el centro de visitantes Pedro Pidal donde podemos, nosotros lo hicimos, disfrutar de una pequeña parada para reponer fuerzas y tomar un refresco.

Desde el centro de visitantes seguiremos ascendiendo por el camino delimitado y señalizado hacia las minas de la Buferrera. Minas de las que se extraía cinabrio, manganeso y hierro, minerales que afloraban irregularmente entre un karst de caliza. Aunque desde el año 1861 se tiene ya constancia de envíos a Francia de nódulos de hierro y manganeso procedente de los lavaderos de la vega de Comeya, es a partir de la década de los 70 cuando comienza la explotación sistemática de las minas a cargo de una sociedad franco-belga. Posteriormente fueron adquiridas por el inglés Harry Vaughan Read que fundó en 1893 la compañía “Asturiana Ltd.” y, solicitó otras concesiones en los alrededores de los lagos. Más tarde y hasta 1932 se encargaría de la explotación «The Asturiana Mines Limited» también inglesa. A partir de 1932 la Cía. de Minas de Covadonga S.A. (COMICOSA) se encargaría de la explotación de las minas intensificándola tras la guerra civil. Durante el periodo de explotación de las minas las condiciones de trabajo fueron, como en todos los trabajos de minería, muy duras con jornadas muy largas, lo que obligaba a los mineros a exigir mejoras en las condiciones mediante protestas y huelgas. En su período de máximo esplendor, las minas llegaron a contar con 500 trabajadores, 14 de los cuales perdieron allí la vida. La explotación continuó hasta 1979, cuando se decidió que la actividad era incompatible con la protección del espacio natural que las rodeaba.

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Tras recorrer los distintos espacios que se conservan de las minas de la Buferrera, seguimos subiendo hacia el parking del lago Ercina. Terminamos nuestro recorrido aquí, no sin antes subir al mirador de entregaos para contemplar la inmensidad del paisaje que nos rodea.

Panorámica

Panorámica

 Como siempre, para terminar os dejamos el enlace al track de wikiloc:

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6487030

Descubriendo el mirador del Fitu

Llegar al mirador del Fitu sin coche propio no es cosa fácil, pero tampoco es algo imposible…

Desde Cangas de Onís se pueden coger todos los días autobuses que salen aproximadamente cada hora hacia Arriondas. Nosotros en Arriondas nos hicimos con el teléfono de los taxis y así subimos al mirador del Fitu (en total con ida y vuelta nos salí o unos 20 euros, 14 ida y vuelta del taxi y 6 ida y vuelta del bus, que entre dos personas son 10 por cabeza).

Una vez en el mirador lo primero es, lógicamente, subir y echar un vistazo desde el propio mirador, sin perder la oportunidad de recrearse con las maravillosas vistas de las montañas asturianas o las playas que podemos ver a nuestra izquierda.

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Nuestra caminata comienza en el inicio de la ruta hacia el pico Pienzu. Una ruta que os aconsejamos por su facilidad para realizarla y por la belleza de los lugares por los que caminaremos. Quizás como consejo, sobre todo si vais en temporada primaveral es no olvidar las botas de montaña, ya que la lluvia y la humedad constante hacen que el suelo se transforme en un pequeño barrizal.

sendero al pico pienzu

Nuestro sendero comienza con una pequeña ascensión que nos llevará hasta  un pequeño refugio abandonado. A partir de aquí comenzaremos a llanera por un camino que, si vais como nosotros en primavera podréis encontrar bastante embarrado.

El sendero es bastante fácil, sin ninguna dificultad seguiremos caminando por el borde de la montaña hasta la Peña de Poares desde aquí seguiremos caminando por el sendero hacia los arrudos cerca del canto la teya lugar donde decidimos, después de un simpático encuentro con unas vaquetas y su/s macho/s correspondiente/s, poner rumbo de nuevo al campamento base (mirador del fitu) y comenzar la ruta que nos lleva desde el área recreativa del propio mirador hacia Ribadesella. completando entre ambos senderos el total de 9 Km de la ruta.

fitu-pico pienzu-fitu-ribadesella

senda ribadesella-el fitu

La senda comienza en el propio aparcamiento del área recreativa, al que llegaremos cruzando la carretera desde el mirador y ascendiendo por el lugar delimitado con mesas y bancos para comer. Justo al llegar al aparcamiento me sorprendió, como no podía ser de otra forma una llamativa y bonita pintada:

Republic is coming

Desde el aparcamiento la ruta comienza con una pequeña bajada, algo que nos hace pensar que será una senda sencilla, vamos para todos los públicos, pero conforme vayamos avanzando veremos que el comienzo de la ruta guarda un secreto, todo lo que sube baja y todo lo que baja… suuuubeeeeeee

sendero fitu-ribadesella 20140403_125417

Por lo demás se trata de un sendero bastante cómodo de hacer y que sin duda, si se dispone del tiempo suficiente, merece la pena completar en su recorrido para pisar las costas asturianas.

Aquí os dejo el enlace al track completo en wikiloc:

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6482269

Una parada en el camino

Todo sendero tiene su parada, y nuestro blog no quiere dejar de lado la importancia de una buena alimentación para una sana recuperación de nuestro organismo. Así que entre nuestras rutas iremos intercalando alguna que otra entrada sobre la gastronomía que vamos degustando por los caminos o pueblos en los que dejamos reposar nuestras piernas.

Hoy comenzamos por recomendar dos lugares situados en el pueblo de Cangas de Onís y en los que podréis disfrutar de buena comida típica o de una tranquila charla con alguna bebida.

A veces después de una buena caminata el cuerpo pide algo que llevarse a la boca. De todos es sabido que no hay nada como los hidratos de carbono y en especial la pasta para conseguir una rápida recuperación energética, pero en este caso vamos a saltarnos la dieta para visitar el bar-restaurante «El Palco».

el palco

Alguna que otro puede pensar que tras una decoración totalmente a la última moda solo podemos encontrar platos deconstruidos y pequeñas porciones de comida, pero este restaurante guarda tras sus cristales toda la tradición de la gastronomía asturiana ¡por solo 10 euros!

El menú del día es muy completo, con unos 5 o 6 primeros y otros tantos segundos platos para elegir. Variedad para todos los gustos. Nosotros os recomendamos:

las fabes con almejas

fabes con almejas

y las fabes con jabalí

fabes con jabalí

Ambos platos tienen una calidad buenísima, y lo que a primera vista puede resultar un tanto pequeño, llega a dejar satisfecho/a al caminante más hambriento.

Entre los postres podréis elegir distintas tartas caseras, pero yo os voy a recomendar el arroz con leche, que sin ser el mejor que comí por Cangas no tiene  que envidiarle nada al resto.

arroz con leche

Para beber… ¡SIDRA!

Puntuación de los caminantes: 9

Como segunda recomendación os dejamos un lugar que más bien invita a tomar un té, una cervecita o un buen vivito en compañía: «El Filandón».

El sitio nos enganchó por el ambiente alternativo que reflejaba, muy parecido a algunos locales de Granada. El primer día incluso había una reunión de mujeres tejiendo en el local :). Musiquita tranquila, sin faltar nunca el flamenco, y ambiente relajado sin muchos ruidos.

En definitiva un sitio para compartir una agradable conversación nocturna o para preparar la caminata del día siguiente.

Puntuación de los caminantes: 7.

Subiendo a Bulnes…

Puede que quienes lean esta ruta se pregunten ¿para qué pegarse la paliza de subir a Bulnes andando si está el funicular? Cierto. Puede que el funicular de Bulnes sea una experiencia única y eso mismo pensaba yo antes de escuchar a la gente que vive en Arenas de Cabrales…

Antes de relatar la ruta me gustaría dar alguna razón por la que una vez delante de la entrada al funicular de Bulnes, junto a Poncebos, debéis seguir un poco más arriba y decidir hacer el antiguo o actual sendero que recorrían los habitantes del pequeño pueblo que da nombre a una de las montañas emblemáticas de los Picos de Europa:

1. Nunca tendréis la oportunidad de disfrutar de unas vistas tan maravillosas como las que os ofrece el sendero (el funicular pasa por debajo de la montaña);

2. El encuentro con las cabras: ver como ellas mismas al ver tu torpeza para poder apartarte de su camino te ceden amablemente el paso subiendo y bajando a sitios imposibles.

3. La satisfacción de ver culminada una ruta que en algún que otro tramo del camino percibes imposible.

4. Y algunas otras que tendréis que descubrir vosotras/os mismos…

Recomendaciones previas a la ruta: No olvidéis tener unas buenas botas de montaña, ¡imprescindibles en este sendero!; una buena cámara de fotos, os arrepentiréis de no tenerla, o de como me ha sucedido a mi, que se os borren las que echéis (las que subimos aquí están tomadas con el móvil); algo de comida (bocatas, fruta…), hay bares en Bulnes, pero siempre hay que ser algo precavido; Y por último lo más importante, ¡agua! Jejeje.

Cuando decidimos subir a Bulnes nos estábamos quedando en Cangas y bueno, nos movemos en transporte público, así que cogimos el primer bus que salía desde allí al pueblo de Arenas de Cabrales (Sí, donde el queso). Una vez en Arenas de Cabrales preguntamos en uno de los bares del pueblo como podíamos ir hasta el principio de nuestra ruta, en Poncebos. Nos aconsejaron coger el taxi del pueblo (sí, solo hay uno). Son solo 5 o 6 kilómetros hasta el punto desde donde partiremos, pero hacerlos andando, por carretera, puede suponer un tostón. En verano suele haber autobuses que salen haciendo ida y vuelta desde Arenas de Cabrales a Poncebos, cuestan unos 5 euros. El taxi nos llevó 7 euros por la ida y 7 por la vuelta pero, eso sí nos dió un par de consejos sobre la ruta, nos indicó otros senderos por la zona y nos ofreció una agradable conversación durante el trayecto. Ya sabéis, siempre que podáis intentad charlar un poco con la gente de los lugares que visitéis ;).

Nuestro sendero comienza en el mismo lugar donde empieza una de las rutas más conocidas y transitadas por senderistas de toda España, la famosa ruta del Cares, que quedará a nuestra derecha una vez que nos adentremos en nuestro sendero. Pero, nosotros en lugar de seguir la senda del río Cares nos meteremos de lleno en el Canal del Tejo, cruzando el famoso puente de La Jaya y caminando hacia la garganta que separa las montañas por donde fluye el río Bulnes.

Conviene recordar que este sigue siendo el acceso que hay a Bulnes, ya que no existe carretera que nos lleve al pueblo y que la otra opción es el funicular del que ya os he hablado.

La ruta comienza con una pequeña bajadita, divertida y que no anticipa lo que se nos viene encima. tras pasar una cabaña y una vez que crucemos el puente del Zardo, nos situaremos directamente en el margen izquierdo del río, en la ladera de la montaña por donde circularemos durante toda nuestra ruta.

Puente del Zardo

A partir de aquí todo será subir, subir y subir. tramos de roca, pasillos estrechos, imágenes imborrables, paredes inmensas… todo a nuestro alrededor se presenta como un inmenso paisaje que merece la pena conservar.

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Lo primero que veremos al llegar arriba será la entrada/salida del funicular, nosotros seguiremos hacia delante, hasta llegar justo a la entrada de Bulnes de abajo, donde podremos sentarnos a disfrutar de una parada para recuperar fuerzas y disfrutar del paisaje antes de comenzar nuestro camino de vuelta.

La gente del lugar dice que cuando más se sube es en verano, pero os aseguramos que ir cuando hay poca gente ayuda a disfrutar mucho más de la belleza que nos rodea.

Poncebos-bulnes-poncebos

Aunque el track de wikiloc marca 12 kilometros de ruta entre la ida y la vuelta, hay que decir que son muchos menos, aproximadamente unos 8 Km. los que tiene la ruta. Si observáis bien el mapa, el GPS se pierde en algún tramo entre las montañas. Sí, casi se nos olvida… ni penséis en tener o buscar cobertura durante la ruta o en el pueblo de Bulnes.

Aquí tenéis el enlace a wikiloc:

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6477317

 

 

 

¡A covadonga!

Si algún día vais por Cangas de Onís casi seguro que una de las visitas que no os faltarán en vuestro viaje será al santuario de Covadonga. 

Para llegar al santuario se pueden utilizar muchos medios de transporte, al menos una vez que estamos en Cangas. Los autobuses de Alsa suelen tener salida desde Cangas, donde podéis consultar los horarios de subida y bajada. Otra opción para visitar el santuario es cogiendo un taxi, ya sean los taxitur que llevan también a los Lagos de Covadonga o los taxis de la localidad. El precio está más o menos a 1 euro el kilómetro, así que… a calcular ;). La última opción y la que nosotros escogimos fue subir andando siguiendo los caminos que llevan hasta Covadonga.

La iglesia de Covadonga desde la carretera  a los Lagos

Salimos de Cangas siguiendo el curso del río Güeña por el lado izquierdo, la propia ruta nos irá marcando el camino a seguir hacia Covadonga. Una vez dejamos atrás Cangas de Onís nos adentraremos en un camino que nos conducirá por distintas fincas hasta llegar a Celorio un pequeño pueblecito donde cruzaremos el puente salmonero para meternos de lleno en la carretera que sube hacia el santuario. Después de la rotonda de Soto de Cangas, donde podéis intentar visitar el Zoo de la localidad el camino se vuelve algo pesado. La subida hasta Covadonga se hace por la carretera que lleva  a los Lagos, lo que hace que el camino se vuelva algo monótono y sea mucho más útil llevar un calzado deportivo que unas botas de montaña para realizarlo.

Cangas de Onís- Covadonga

Siguiendo la carretera atravesaremos el río Reinazo a su paso por el pueblo de La Riera. Una vez que pasamos Moñigo y antes del desvío hacia Llerices tenemos la opción de seguir subiendo por la carretera o de pasar el puente que nos llevará hacia el antiguo camino natural a Covadonga, una pista que para mal del caminante también han asfaltado… Mi recomendación es que tal y como hice yo os decidáis por la segunda opción, ya que además de ver unas vistas impresionantes, el camino se os hará más liviano y distraído. 

Finalmente entraremos en Covadonga por la parte trasera, desde allí podemos dirimirnos a visitar la cueva de la Santina, La Iglesia de Covadonga o, si nuestras piernes y nuestro ánimo aún siguen con ganas de marcha buscar el comienzo del sendero de subida a Los Lagos de Covadonga, en la Ruta de la Reconquista, justo junto a la cascada y la fuente de los siete caños, un consejo a las chicas… ¡no bebáis agua de la fuente! jejeje, que como dice la tradición:

«La Virgen de Covadonga

tiene una fuente muy clara;

la niña que de ella bebe

dentro del año se casa.

Al llegar a Covandonga

no bebas agua, morena,

si, como dijiste ayer

prefieres vivir soltera.»

Os dejo el enlace al track de la ruta en wikiloc:

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6471355